viernes, 13 de abril de 2012


Es difícil ver más allá de tu nariz con esa neblina tan densa, o escuchar tu propia voz con los ruidos exagerados de los pensamientos de la ciudad.
¿Lasagna o ceviche?
Siempre maximizando, complejizando, y volviéndolo un caos.
Ahora el sol de primavera ilumina, pero las lluvias del invierno no terminan de desaparecer. Intermitentes, se hacen presentes, debilitando los nuevos brotes.
Aunque es cómodo y no te involucras, está ahí la necesidad del "total", conforme y disconforme, esperando y a veces anhelando que el agua caiga de una forma más amigable y que los rayos tengan su potencia natural.
No quiero saltar un centímetro y volver al piso. Quiero saltar, perder de vista la tierra y que la caída se convierta en un vuelo continuo.
En el fondo ese es mi deseo.
Una canción, una cama, un baile, una ventana, un abrazo, un té, un principio, un campo, un beso, una manta, un dulce, una mano, una flor, una persona, un cobijo, una caminata, un corazón, un nosotros... y esa canción.

1 comentario:

  1. Eso me suena a palabra 'seguridad', ojalá tirarse y caer en un colchón :). Ánimo Rafaela, me alegro de que hayas podido viajar :D!

    ResponderBorrar