sábado, 15 de marzo de 2014

Trato Hecho



Sinceramente, pienso mucho en ti. Me duermo contigo en mi mente, esperando tenerte mucho mas. Me despierto preguntándome cómo dormiste, si ya comiste y cómo te sientes.
Me importa si estás triste o si estás feliz, si tienes frío o calor, si hay cansancio o energía, si tienes hambre o no, si estás tranquilo o inquieto, si quieres dormir o si quieres jugar... Me importas.
Quiero ayudarte a estar lo mejor posible. Quiero hacerte tan bien, como tú a mí. Aunque algunas cosas puedan escapar de mi voluntad y sólo dependan de ti, de todas formas estaré.
Deseo que seamos compañeros hasta que esa desagradable muerte golpee la puerta de uno de los dos.
A veces, me siento muy segura de nuestra infinidad. Pues, debíamos conocernos y ahora, debemos completar mas etapas que nos fortalecerán más.
Seremos igual de felices, pero se notará un incremento, sólo porque las desgracias disminuirán.
Por ejemplo: tú ya no estarás estudiando Ingeniería Comercial, y tampoco estarás trabajando en eso, andaremos por el mundo, a lo mejor nos radicamos en otro país, ¡quién sabe!
Encontraremos variedades de comida y las empanadas y panes con queso no serán la única opción, sino que los comeremos siempre y cuando realmente queramos.
Además, tendremos nuestra guarida (casa) que constará con una moderna y bien equipada cocina para preparar todas esas recetas que aparecen salvajes frente a nuestros ojos.
Está demás decir que serás reconocido a nivel mundial como uno de los mejores magos de la historia. Tu nombre resonará por todas partes. Tendrás una llenísima agenda, y lamentablemente no podrás asistir a todos los eventos, pues, necesitarías más horas en el día.
Tendremos algunos problemas como "Rafaela, puedes bañarte??? estas llena de pelos de gatos, perros, caballos, vacas, conejos, y una que otra escama de serpiente".
O "Lucas, por qué desordenaste el refrigerador?"
Sin embargo, seguiremos siendo felices.
Porque tú y yo, nos parecemos más de lo que creemos, porque nos queremos, y seguimos un mismo camino.
Y en realidad, ya te había advertido. Tú empezaste esto y ahora debes asumir las consecuencias. Me enamoraste y me hiciste adicta a tus besos y abrazos, a tu voz, a tu piel, a tu mente, a la forma en que me tocas, a la mirada que pones cuando dices "mi chanchita"...
Espero que te hagas cargo, que seas responsable, porque déjame decirte, tienes una niña-mujer que haría todo por tu felicidad.
Se despide con sueñito, la señora Picchiatella.

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