viernes, 5 de marzo de 2010

Borrador 2

Y, tardíamente, te das cuenta cuánto puedes dañar a una persona.

Siempre he pensado que es mil veces mejor "tarde que nunca", pero ¿qué sucede cuando el daño es profundo, no se soluciona con un “lo siento, no quise hacerlo”, y ves que es CASI irreparable?
Muchas veces somos los encargados de herir a quienes más amamos, a los más importantes, a los pilares de nuestra vida, que sabemos que sin ellos una parte importante de nuestro corazón quedará vacia para siempre si es que se van, que dejaremos de ser como somos porque finalmente ellos también nos hacían ser.
Tantas veces hablamos sin pensar, actuamos impulsivamente, sin la hermosa razón que nos diferencia de los animales.
Si, claro, somos humanos, tenemos derecho a equivocarnos, pero son muchísimas las veces que hablamos con la rabia del momento y no esperamos nada, sólo echamos afuera y dejamos todo ahí. Después, que pasó un momento, nos damos cuenta del error que cometimos, que fue con la peor persona que nos podríamos enojar, que es casi imposible que hayas dicho o hecho todas esas cosas, que es tu vida...
Vamos aprendiendo, y pensemos, no dejemos que una estupidez cague (aunque sea momentáneo) la vida, no dañemos a quienes amamos, porque a veces una disculpa no será suficiente.

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